El tener 15 años y una vida en la que sus amistades tenían mucho peso, todo eso influyó en odiar el tener que emigrar... el dejar Ecuador no era una opción, hasta que fue una obligación. Pero bueno, ya han pasado 6 años desde eso, que como dice mi hermana: Los recuerdos, -cada vez más-, son mucho más de aquí que de allí. Y tiene toda la razón!
Como el título dice, Lo que adoro de la inmigración: Es saber que otros también lo hicieron y hay viene lo way, porque conoces personas estupendas... personas que de otra formas quizás nunca hubiese tenido el placer de conocer. También las historias que en cada momento se han formado, historias que me han causado grande dolores de panza de tanto reirme... Como en la boda de una amiga colombiana... O de saber historias de la África más interna... O hablar en español con alguien que su lengua materna es el Ucraniano, rumano, corano, etc... Tantas caso podría contar...
El motivo de esta entrada, y lo último que me ha echo adorar la inmigración, ocurrió este sábado cuando mi hermana pequeña invitó a comer a sus amigos a casa (a mis eternos niños: Abi, Kati y Moisés)
Kati y Moisés son dos hermanos de padres coreanos, nacieron en Paraguay, pasaron por Madrid y finalmente se han quedado aqui, en Valencia. Mi hermana encontró unos palillos chinos -parece broma lo de Chinos, siendo ellos coreanos!- y les dijo que le enseñaran a utilizarlos, ya que últimamente nos hemos aficionado a comer sopa de fideos chinos.... ¡mmm, Buenísimos...!
En fin que mi hermana ya sabe comer fideos chinos con palillos chinos y su instructor fue un coreano... Me pueden decir que es fácil, pero no lo es... yo lo intenté, pero me di por vencida y si algún día me toca ir a algún país oriental tomaré la precaución de llevar un tenedor de plástico (y será de plástico porque si es de metal, sonará en el aeropuerto...)
¿Cuchara o palillos chinos?
1 comentario:
Necesito saber la historia del porqué estás en España!!
Publicar un comentario