...cuando las gotas caían de cielo!
Cuando metía un paraguas por si acaso me pillaran en la calle.
Cuando cerraba mis ojos y dejaba que mi sentido olfativo al completo disfrutase del olor del frío.
Cuando sentía como mi piel se hacía de gallina, porque había salido de casa sin un jersey.
Si, parece que no fue ayer...
Ahora me acerco a la ventana. Veo como unas diminutas y tímidas gotas asoman por el horizonte. Rápida e inconscientemente veo a mi vecinito de 2 años en el balcón de arriba, me sonríe como siempre...sé que a él también le gusta.
Desde mi ventana veo como ojos omnisciente todo el panorama del barrio... veo a dos madres que corren con el cochecito de sus bebés... corren al resguardo de la primera finca que pueda cubrirle de la inoportuna lluvia... Veo a una que va muy veraniega vestida y toma algo en 'El bocata de Pataca', lo está pasando fatal con el cambio de planes... Veo a un abuelo que coge su periódico de improvisado paraguas, y le funciona. Veo tantas historias...
Lo cierto que aunque inoportuna -para todos los mencionados- yo estoy feliz de ver esas gotas... siento como el otoño quieres llegar y sonrío solo de pensar que otra vez todo vuelve a empezar: las clases, los nervios, el frío, los jerseys y sobretodo, que empieza el otoño!!! (...bueno, aún no, pero queda poco..)
Veo las gotas... ya no tan tímidas como hace unos minutos; ahora cierro el cristal de la ventana y me quedo quita recogiendo las sensaciones del frío detrás de el, deseando que mi cuerpo olvide el calor, el bochorno, los 40 grados de aquel infierno de día, que olvide el verano; y es que no parece que fue ayer cuando comenzó a llover. De nuevo...
1 comentario:
¡¡Precioso!!
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