domingo, 14 de febrero de 2010

Una necesidad invisible...

Llevo varias semanas desaparecida del mundo bloggero; aunque de mi mente no ha desparecido mi blog ni la gente que he conocido a través de él, si es verdad que una gran cantidad de asuntos, problemas y distracciones varias me han impedido sentarme y escribir...
Y hasta apenas unos días no me he dado cuenta de 'eso' que alimentaba mi sueño de escribir.... siempre pensé (y hasta llegué a creérmelo) que escribía solo para mi, me creía 'dueña y señora' de los poemas que creaba, sentencié que eramos solo las letras y yo.... En un principio fue fácil, porque fue en la más tranquila soledad donde descubrí que al escribir el mundo se detenía y hasta parecía más bonito de lo que realmente era en ese, ya lejano, 2002...

Hasta hace unos días pensaba que me valía por mi misma, pero algo estaba cambiando y, lo peor de todo, que con el poco tiempo y los frustrada que me sentía por momentos poco podía enterarme.
En pocos meses he pasado de sentirme abrumada por la gente a sentirme sola, al principio la soledad da paz, tranquilidad, da tiempo (tan ansiado en las estresantes semanas de exámenes), da tantas (muchísimas..) cosas que tienes que dejar otras... la compañía, los sonidos de una sala con TV encendida, el ruido en una cocina muy transitada, te quita esa sensación de que en la habitación del fondo hay alguien más, te quita en calor de un hogar... te quita la hermosa costumbre de ser 7....

Creo que he llegado al límite que Dios creó para mi... ese límite en el que solo te queda no pensar y echar pa' lante... Colmado el vaso de tantas lágrimas, solo te queda la esperanza de un mejor mañana...
Y es que en cada fría mañana de invierno, deseo tantas cosas para esas horas que vienen por delante, que como bien dice el refrán 'el que mucho abarca, podo aprieta'... y siento que vuelvo al mismo punto de la mañana anterior.
Ahora sé que puedo soportar tantas cosas, pero no puedo y no  quiero tener que soportar el decirle a mi padre que esto pasará... no quiero tener que decirle que sea fuerte, porque yo ya no puedo serlo; no quiero tener que reír a mi hermana cuando lo hago sin ganas ni convicción... No quiero tener que escuchar a mi madre decir que le quedan sueños por cumplir. Porque los sueños de mi madre se respetan...

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Si ahora publico esto es porque estoy siendo capaz de afrontarlo, porque ya no duele tanto como en el principio, porque ahora veo más claro que antes.

Si ahora escribo es porque después de tanto tiempo creyéndome autónoma de mi mundo, he descubierto que esa necesidad invisible que mantenía mis ganas de escribir y de hacerlo mejor: era, es y será por siempre mi familia.

Lamento no escribir tanto como antes, pero ahora me falta mucho para hacerlo con felicidad....

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Espero que esa falta de felicidad no dure mucho. Ánimo!

Silvia A. A. Vasconcelos dijo...

Ohhhh Vivi, sabes que cuentas conmigo para lo que quieras.

Eres fuerte, tienes amigos, y una gran familia.

Aquí yo estaré leyéndote

maggie dijo...

felicidad...esta siempre contigo...deja que slaga...te quiero...estoy aqui siempre que quieras...te quiero